Sobre la dominancia del texto para con la imagen fotográfica (extractos)

por Martin Bollati - 2023

I

Arthur Rimbaud escribió una vez: yo es otro. Sentenció que de repente él no era él, para luego abandonar la poesía y desaparecer. Al escribir esas palabras se derrumbó a sí mismo y otro tomó la posta. No dijo yo puedo ser otro. Dijo yo es otro. Punto final. Dejó su maldición para ser leída. El hechizo acecha en las palabras.

II

Jorge Luis Borges habló también sobre el Otro al poner en duda la concepción autoral en muchos de sus textos. Gran parte de su obra enuncia razones por las cuales el lectortiene mayor jerarquía que el escritor: quién lee modifica el sentido porque lee desde su existen- cia particular. El lector reescribe el texto. Es una premisa simple, heredada de Macedonio Fernández y sus experimentos literarios, que sirvió para fundar una forma de entender y de hacer literatura en este lado del mundo. El gesto que nos legó el autor argentino es por lo menos revelador: existe siempre un horizonte de soberanía en aquello que leemos. Después de Borges no se puede leer igual, como después de Duchamp no se puede entender el arte de la misma manera. Su literatura es un modelo para practicar la libertad. La libertad está en las palabras.

III

Hay un ejercicio que uso en mis clases y que consta de lo siguiente: expongo unas cuatro o cinco fotografías de casas y les pido a los estudiantes que comenten sobre lo que ven. En general las describen formalmente, hablan de la composición, de la calidad de la imagen o de algún tipo de arquitectura. Siempre hay un estudiante que postula su desconfianza, sabe que hay una trampa. Luego de poner en común las impresiones sobre las fotografías, les digo que estas casas fueron lugares donde se alojaron jerarcas nazis en Latinoamérica. El silencio llena el aula. Y entonces les pregunto: ¿Ahora qué ven?

IV

La imagen puede enunciar “soy una casa cualquiera”, “soy una casa bonita”, “soy una casa que aloja una familia feliz”, pero si el texto que la acompaña dice nazi, la fotografía es de golpe otra. El texto, o la información que su postulado carga sobre la imagen, inaugura esta tensión. El texto domina a la imagen fotográfica. Ese es el vector que busca estudiar este breve texto.

Nuestra sociedad actual aún percibe a la fotografía como un testimonio. No importa la irrupción de lo digital y la capacidad de manipulación que vino con ello, ni la inteligencia artificial que parece querer disputar todo el terreno de la creación visual. Hoy, en el año 2023, la fotografía se lee como documento. Asumimos que su origen es referencial y que entonces la fotografía demuestra algo. Basta pensar en el uso que hacemos de las imágenes fotográficas en nuestras redes sociales a modo de yo estuve aquí, para dejar en evidencia el uso testimonial masivo que todavía se hace de ellas.

La veracidad del texto no importa, domina a la fotografía incluso desde el terreno de la ficción.

V


El estigma de la palabra nazi y todo lo que esta conlleva, impregna historias infames en la imagen que acompaña o describe. Aunque en este caso la palabra sea extrema, el ejemplo funciona con cualquier otra sentencia textual. Porque la palabra lleva el peso de la Historia a las imágenes fotográficas. Si creemos en esta afirmación, podemos argumentar que la fotografía es huérfana. Nace desterrada, y el texto la ata a la Historia. Hace emerger al Otro-Historia en aquello que gobierna.

VI

El texto carga en sus formas la condena y la libertad.

VII

Imagen y texto son como dos amantes que yacen sobre la cama sin poder saber qué es lo que
está pensando el otro.

La dinámica que toman sus relaciones, cuando la imagen es fotográfica puede ser de dominancia total.

La síntesis sería algo así:
Imagen fotográfica = Imagen fotográfica Texto = Texto
Imagen fotográfica + Texto = Texto

VIII

El silencio entre los dos amantes esconde el misterio de la cultura.