NoMujer 

“Intentar crear y expresarme a través de esto que llaman arte, es una decisión política”

por Juan Alfaro Balcazar - 2020
La fotografía desde el amor, un diario de vida visual que retrata la libertad y la expresión de felicidad en momentos que tienen relación con el placer, las drogas, la intensidad, la confianza y la ternura. Una memoria que en palabras de Javiera de 23 años, es frágil, convirtiendo todo lo que puede registrar en una ayuda para revivir sus recuerdos y de paso cuestionar lo hegemónico construyendo desde el margen su trabajo fotográfico. Una herramienta política que a través de su arte muestra un mensaje, pero además una forma de vivir y retratar.

La primera cámara que tuvo fue una digital que le regalaron sus padres a los 14 años, más tarde su tío le dio su primera cámara análoga y “desde entonces nació mi obsesión por registrar y atesorar momentos a través del lente”, un sentimiento que se encausó de vivencias propias, ya que “cuando pequeña fui triste, me rompí temprano, desde entonces me enamoré y supe que quería ser fotógrafe, porque pensaba que todo se veía mejor a través de un lente”.

De esta forma “descubrí que fotografiando a otres con mi cámara podía expresar lo que siento en mi corazón”, una necesidad de conexión con el otro que configura retratar el goce del momento más allá de la técnica, puesto que “entendí que a mí no me importa lograr fotografías perfectas, no me interesa retratar la belleza en un sentido publicitario o desde una visión hegemónica”. Entonces llegó un punto de inflexión pues “cuando me despojé y dejé de idealizar mi trabajo, logré mirar mi entorno y sólo preocuparme de hacer”.

Es así que para NoMujer, el acercarse a la realidad en la que habita también forma parte de una herramienta política, ya que “mi manera de vivir es una decisión consciente, sé que se aleja de la norma y quiero retratar eso, tener registro de lo que es ser trabajadora sexual virtual en este tiempo”, un conjunto de su experiencia, problemas y mensaje desde el margen de la sociedad, confrontando una inconformidad que declaró latente en el crecer dentro una familia tradicional, convencional y religiosa, concluyendo que “intentar crear y expresarme a través de esto que llaman arte, es una decisión política, a la cual se le llama contracultura. Yo le llamo mi burbuja de privilegio de vivir como se me da la gana, sin hacerle daño a nadie”.
¿Qué piensas respecto a la sexualidad y cómo se configura en la sociedad chilena?

“Pienso que en chile hay mucho miedo y mucho conservadurismo debido a la influencia de la iglesia que se dedica a satanizar el sexo y el placer, pero sobre todo por la casi nula educación sexual en Chile. La sexualidad se limita a ser conocida en la industria del porno tradicional que no hace más que desinformar al respecto”.

Desde tu percepción, ¿Qué importancia tiene la fotografía dentro del cuestionamiento a los diferentes constructos sociales?

“La fotografía tiene un papel fundamental en este sentido, ya que aporta al imaginario colectivo, formamos parte de una sociedad que está bombardeada por fotografía publicitaria que masifica e inculca normas en nuestro inconsciente y por ende en nuestro comportamiento. Por lo tanto siento que es importante y necesario publicar fotografía consciente”.

Además de la fotografía la escritura forma otra parte de registrar una misma necesidad de crear y buscar maneras de expresarse, un motor que radica en la conexión con su sexualidad, una búsqueda que se transformó en herramienta de desahogo para seguir experimentando y en un futuro, según lo que estableció, profundizar mucho más, junto con “materializarlo en publicaciones y hacer proyectos más concretos”.