Nia de Indias
“Qué más político que ir en contra de la corriente y usar la ropa que no se te designó”
por Juan Alfaro B. - 2021
Si “Parra murió” en Colombia, Nia de Indias nació en Chile. Es una frase que se puede construir en la mente al recorrer el trabajo de este artista visual, que en su propia memoria enlazada a estos dos territorios construye personajes e interviene de manera elocuente en cualquier espacio, ya sea físico o virtual. Una reflexión que también lleva a su propio cuerpo como elemento político de resistencia, pero que no se queda ahí, ya que en sus nuevos proyectos que verán la luz próximamente, y según adelantó a Letargo revista, agregará nuevas voces como una forma de conmemorar su llegada a este país.
Nacido en la ciudad de Bucaramanga en el norte de Colombia, Andrés Parra que actualmente tiene 26 años, llegó a Santiago el 2011, en medio de su adolescencia con curiosidad de saber cómo era este nuevo país, “crecer en una ciudad que es muy conservadora, me limitó a muchas cosas, entonces todo lo que soy ahora casi que surge o florece en Chile”.
El crecer con mucho miedo también fue parte de su infancia, y tras haber sufrido bullying durante bastante tiempo en su vida, confesó haber desconectado su mente de esa etapa en su país de origen, algo con lo que intenta volver a encontrarse mediante el arte, “yo creo que muchas de las cosas que trabajo ahora, son el intento de volver a reconectar con esa infancia”.
Ya acá, y sin tener ningún acercamiento al arte en su ciudad natal o referentes cercanos de su familia, Andrés estableció que “estar en clases de arte en el colegio en Chile, de verdad me abrió la mente, porque me hizo cuestionar muchas cosas, y a pesar que eran trabajos de colegio, estar tan pequeño y realizar esa reflexión me cambió la vida”.
¿En qué momento nace Nia?
“Nia no nace en el colegio, por supuesto -estableció riendo-, nace cuando estudiaba artes visuales en la Universidad Diego Portales, siempre me llamó la atención la androginia de músicos como el vocalista de Tokio Hotel o Marilyn Manson. Y Nia nació el 2015 no como parte de una clase, sino que simplemente era lo que estaba viviendo y sintiendo. Mi profesor de taller sí, me ayudó a contextualizar ese arte, a teorizar y a hacer obras a partir de esas experiencias”.
¿De qué manera el cuerpo al salir a la calle también toma una dimensión política con base en el Drag?
“Al salir a la calle, no hay reglas. Es lo que pueda pasar, y algo que me interesaba mucho en ese minuto era poder exponer este cuerpo travestido, salir y ver qué pasaba en el día metiéndome al metro, yendo a la universidad en drag, y empecé a reflexionar sobre la importancia de dar visibilidad a este arte, creo que cuando uno sale a la calle y está así, es político. Justamente, qué más político que ir en contra de la corriente y usar la ropa que no se te designó, o la forma de caminar que quizás te corrigieron de pequeño”.
Una invasión de rostros
Entre las obras de Andrés se encuentran dos intervenciones fotográficas llamadas La Restauración y Dandis. Donde introduce a un nuevo personaje en su trabajo llamado “Nei”, el cual es un payaso que burla la masculinidad y los estándares de belleza occidental establecidos desde la pintura europea.
Nacido en la ciudad de Bucaramanga en el norte de Colombia, Andrés Parra que actualmente tiene 26 años, llegó a Santiago el 2011, en medio de su adolescencia con curiosidad de saber cómo era este nuevo país, “crecer en una ciudad que es muy conservadora, me limitó a muchas cosas, entonces todo lo que soy ahora casi que surge o florece en Chile”.
El crecer con mucho miedo también fue parte de su infancia, y tras haber sufrido bullying durante bastante tiempo en su vida, confesó haber desconectado su mente de esa etapa en su país de origen, algo con lo que intenta volver a encontrarse mediante el arte, “yo creo que muchas de las cosas que trabajo ahora, son el intento de volver a reconectar con esa infancia”.
Ya acá, y sin tener ningún acercamiento al arte en su ciudad natal o referentes cercanos de su familia, Andrés estableció que “estar en clases de arte en el colegio en Chile, de verdad me abrió la mente, porque me hizo cuestionar muchas cosas, y a pesar que eran trabajos de colegio, estar tan pequeño y realizar esa reflexión me cambió la vida”.
¿En qué momento nace Nia?
“Nia no nace en el colegio, por supuesto -estableció riendo-, nace cuando estudiaba artes visuales en la Universidad Diego Portales, siempre me llamó la atención la androginia de músicos como el vocalista de Tokio Hotel o Marilyn Manson. Y Nia nació el 2015 no como parte de una clase, sino que simplemente era lo que estaba viviendo y sintiendo. Mi profesor de taller sí, me ayudó a contextualizar ese arte, a teorizar y a hacer obras a partir de esas experiencias”.
¿De qué manera el cuerpo al salir a la calle también toma una dimensión política con base en el Drag?
“Al salir a la calle, no hay reglas. Es lo que pueda pasar, y algo que me interesaba mucho en ese minuto era poder exponer este cuerpo travestido, salir y ver qué pasaba en el día metiéndome al metro, yendo a la universidad en drag, y empecé a reflexionar sobre la importancia de dar visibilidad a este arte, creo que cuando uno sale a la calle y está así, es político. Justamente, qué más político que ir en contra de la corriente y usar la ropa que no se te designó, o la forma de caminar que quizás te corrigieron de pequeño”.
Una invasión de rostros
Entre las obras de Andrés se encuentran dos intervenciones fotográficas llamadas La Restauración y Dandis. Donde introduce a un nuevo personaje en su trabajo llamado “Nei”, el cual es un payaso que burla la masculinidad y los estándares de belleza occidental establecidos desde la pintura europea.
¿Cómo surgen estos trabajos y de qué manera los une el maquillaje Drag en sus rostros?
“El 2019 estaba harto de hacer drag y dije: ‘no quiero más a Nia en mi vida’. Quería probarme a mí mismo que puedo hacer otras cosas, no quería solo depender de Nia en mis trabajos. Pensé cómo hablar de Drag sin ser yo el cuerpo presente, y de esta forma experimentando llegué a un nuevo personaje que es este payasito con cara blanca llamado Nei”.
Lo que partió en su escritorio finalmente pasó a una serie de imágenes donde Nei se burla de la oficialidad pero a la vez se refleja en ese discurso oficial de la historia del arte. ya que para él “es una historia que no incluye disidencias y es muy heteropatriarcal. Por eso dije: Quiero ser patuda y verme, e incluirme en esa historia”.
Para Andrés el arte también te permite reír, “esto es drag, es calle, es show”, y sin la pérdida del cuestionar, una obra también puede ser chistosa. Esto es lo que busca en su trabajo Dandis, dividido en Dandis del puerto (Buenos Aires) y Dandis de reunión (Santiago de Chile). Donde las fotografías de hombres en grupo, arreglados y formales, pasa a una ironía de la masculinidad forzada, ya que “al igual que estas pinturas, son la base de lo que entendemos como masculino, pero también de las obras de arte europeo que sentaron las bases para los estándares de belleza”.
Actualmente se encuentra trabajando en dos proyectos también fotográficos donde habla de migración y Drag, pero desde nuevas perspectivas y voces. “Esto todavía no lo he publicado, pero como ya se cumplen 10 años desde que llegué a Chile, dije: ‘quiero conmemorar esta fecha con algún proyecto, saliendo de la autorreferencia e incluir nuevas voces’”.
Es así que en su trabajo titulado “In Between”, busca junto a la fotógrafa Maritza Cafatti, registrar el maquillaje Drag en tres fases donde al final “desapareces del espejo y surge una nueva identidad”. Así, invitaron a diez artistas nacionales que compartieron su proceso de transformación en un estudio, esto último muy importante para Andrés, ya que “queríamos de alguna forma empezar a fotografiar el Drag fuera del morbo y que finalmente el maquillaje sea el protagonista”. El proyecto se espera esté en formato grande y que además incluya postales con impresión lenticular.
Finalmente, otro de los proyectos que pronto verán la luz es “Somos de acá”, un registro visual y escrito de cuarenta testimonios de colombianos viviendo en Chile, y que busca reafirmar la idea de que el migrante pertenece al lugar donde vive. “Mi intención con este proyecto es romper esa idea que se tiene sobre nosotros, porque trata de incluir muchas voces de realidades diferentes, me siento feliz con el proyecto y espero pronto publicarlo”.
“El 2019 estaba harto de hacer drag y dije: ‘no quiero más a Nia en mi vida’. Quería probarme a mí mismo que puedo hacer otras cosas, no quería solo depender de Nia en mis trabajos. Pensé cómo hablar de Drag sin ser yo el cuerpo presente, y de esta forma experimentando llegué a un nuevo personaje que es este payasito con cara blanca llamado Nei”.
Lo que partió en su escritorio finalmente pasó a una serie de imágenes donde Nei se burla de la oficialidad pero a la vez se refleja en ese discurso oficial de la historia del arte. ya que para él “es una historia que no incluye disidencias y es muy heteropatriarcal. Por eso dije: Quiero ser patuda y verme, e incluirme en esa historia”.
Para Andrés el arte también te permite reír, “esto es drag, es calle, es show”, y sin la pérdida del cuestionar, una obra también puede ser chistosa. Esto es lo que busca en su trabajo Dandis, dividido en Dandis del puerto (Buenos Aires) y Dandis de reunión (Santiago de Chile). Donde las fotografías de hombres en grupo, arreglados y formales, pasa a una ironía de la masculinidad forzada, ya que “al igual que estas pinturas, son la base de lo que entendemos como masculino, pero también de las obras de arte europeo que sentaron las bases para los estándares de belleza”.
Actualmente se encuentra trabajando en dos proyectos también fotográficos donde habla de migración y Drag, pero desde nuevas perspectivas y voces. “Esto todavía no lo he publicado, pero como ya se cumplen 10 años desde que llegué a Chile, dije: ‘quiero conmemorar esta fecha con algún proyecto, saliendo de la autorreferencia e incluir nuevas voces’”.
Es así que en su trabajo titulado “In Between”, busca junto a la fotógrafa Maritza Cafatti, registrar el maquillaje Drag en tres fases donde al final “desapareces del espejo y surge una nueva identidad”. Así, invitaron a diez artistas nacionales que compartieron su proceso de transformación en un estudio, esto último muy importante para Andrés, ya que “queríamos de alguna forma empezar a fotografiar el Drag fuera del morbo y que finalmente el maquillaje sea el protagonista”. El proyecto se espera esté en formato grande y que además incluya postales con impresión lenticular.
Finalmente, otro de los proyectos que pronto verán la luz es “Somos de acá”, un registro visual y escrito de cuarenta testimonios de colombianos viviendo en Chile, y que busca reafirmar la idea de que el migrante pertenece al lugar donde vive. “Mi intención con este proyecto es romper esa idea que se tiene sobre nosotros, porque trata de incluir muchas voces de realidades diferentes, me siento feliz con el proyecto y espero pronto publicarlo”.