Rodolfo Andaur y la potencialidad articuladora de la fotografía contemporánea en el territorio transformativo

por Felipe Muñoz & Katalina Cortes
Existe en la fotografía una potencialidad denunciante que no solo permite levantar temas desde lo documental y creativo, sino que también permite reunir intereses y resistencias.

Es esa capacidad constructiva de la fotografía y la imagen la que le ha permitido, a lo largo de su historia, desarrollar, desde lo político, diversos discursos desde lo territorial y comunitario.

Asimismo, constituir comunidad es la posibilidad de articular afectos, deseos y proyectos en pos de un ejercicio común de resistencia y persistencia sobre los territorios dominados por la incertidumbre sociopolítica que abraza el extractivismo y abrasa el consenso colectivo de habitabilidad social.

Es ahí, en esa construcción discursiva social y política, que la imagen como recurso dominante acerca y posibilita la comunicación entre sectores, artistas y comunidades para unificar perspectivas, discutir caminos y avanzar hacia puntos de consenso ante la imposibilidad de pensarse desde lo colectivo por sobre lo individual.

Esta labor fundamental del arte como recurso articulador, es precisamente el trabajo que ha realizado Rodolfo Andaur como agente cultural y curador en el territorio chileno en la última década. Es su texto “Territorios Transformativos” el que reúne a diversos artistas para hablar, no solo desde la perspectiva artística de los diferentes temas que convocan la crisis social actual, sino que también lo hace de forma situada y crítica con perspectiva histórica.

Podemos ver, desde esa fotografía e imagen que convoca Andaur, los procesos colaborativos de un panorama complejo desde lo político y cómo estos se van localizando en los diversos territorios en los que los artistas han desarrollado las obras plasmadas en “Territorios Transformativos”.


“La simple idea de compilar 57 textos que fueron escritos y meditados en conjunto con artistas visuales, escritores, activistas, académicos e instituciones, da cuenta del accionar de un proceso curatorial que ha esgrimido, en primera instancia, para visibilizar las prácticas artísticas que han sido anudadas a las plurinacionalidades que presentan las territorialidades en cada rincón de este país”. Nos señala Rodolfo en la introducción del libro.
Hablar sobre las problemáticas de las regiones de Chile, hoy en día es un imperativo que se debe abordar en los discursos artísticos, en este caso, de la imagen y la fotografía.

Las nociones de las construcciones políticas en torno a “lo chileno”, muchas veces se toman como algo lejano, estereotipado y fuera de lo que significa vivir en territorios a la periferia del centro, invisibilizando las diversas expresiones culturales.

En la última década, la fotografía ha ido alejándose de la cultura del centro y se ha volcado para trabajar en “el despertar regionalista” mencionado por Rodolfo en la introducción del libro, que ha permitido que los artistas se sitúen e investiguen críticamente los lugares donde crean.

“(...) Donde el artista no tomaba un rol de investigador crítico, lo que lo convertía en un mero expositor y recolector de “postales”. No obstante, con el cambio del siglo aparece un intermitente “despertar regionalista”(...)”.

Concretamente, el pensar de Andaur sobre la imagen fotográfica, es la de un recurso potenciador del documento histórico del presente, es la irreverencia discursiva contra lo hegemónico, y la búsqueda del despertar de una crítica colectiva que activa el poder de lo comunitario.

Repensando, entonces, la funcionalidad misma de la imagen a través de sus nociones discursivas y técnicas aplicadas al despertar político de un territorio, es que Rodolfo ha propuesto, a lo largo de su ejercicio agenciador, la búsqueda de nuevas posibilidades críticas en las latitudes más alejadas del centro, unificando extremos y articulando procesos que, desde lo colectivo, se vuelven fundamentales para avanzar ante la incertidumbre contemporánea en el cono sur.