Juan Hoppe

“Hay un espacio que debe ser recuperado en comunión con las distintas Artes” 

por Juan Alfaro Balcazar - 2020
La fotografía como herramienta para plasmar reflexiones, cuestionamientos e intuiciones que el artista nacional Juan Hoppe convierte luego en material de investigación y que dan un recorrido por la masculinidad, el urbanismo y las relaciones interpersonales. Temáticas que lo posicionan en el repensar de su cotidianeidad y que a través de la empatía logra plasmar en todos sus procesos creativos, algo que lo llevó México, Argentina y Uruguay, siendo además parte del colectivo chileno de fotografía documental Migrar Photo, donde desarrolla proyectos autorales, talleres y encuentros.

En este sentido, su trabajo “Hombres Tristes”, el cual está en desarrollo desde 2018,  habla sobre el habitar de la tristeza en la masculinidad normada, un proyecto que nació de un año marcado por este sentimiento, trasladándolo a una investigación donde “personalmente me permitió volver a identificarme como ser emocional sensible”, proceso que además no estuvo exento de desafíos, ya que en palabras del artista: “me voy encontrando con hombres que traspasan la tristeza hacia la rabia, lo que me ha hecho difícil poder trabajar estos dos elementos”. Encontrándose con “el hombre que tiene que ser eficiente y que sí o sí debe  proveer, no dejando espacio a ninguna emoción”.

Por otra parte, en su trabajo de 2017 titulado “Minha casa, minha vida”, el urbanismo jugó parte de un conflicto que tuvo como protagonistas, a un grupo de 50 familias que demandaban su derecho a la casa propia en la ciudad brasileña de Sao Paulo. Aquí Hoppe  toma una perspectiva frente a cómo los habitantes de la urbe están totalmente desligados de todo tipo de decisión sobre ella, ya que “cerca del 25% del suelo son estacionamientos y cuando te dicen ‘no hay suelo suficiente para poder construir viviendas sociales’, se observa la prevalencia del derecho de la élite adquisitiva”. Es así que surge el rol de la fotografía documental dentro de la sociedad, algo que Juan cuestiona, puesto que “la denuncia siempre va a ser un foco relevante, pero si lo miras en perspectiva, no sé si es tan eficaz” agregando que “creo que son procesos combinados con otras expresiones”, construyendo un sentido de pertenencia, traspasando lo informativo y llegando así a un punto emocional.
Además, el artista nacional destacó la importancia en la generación de discusión, un punto que se manifiesta dentro de su trabajo en la gestión cultural, donde tiene una mirada que posiciona a Chile como desindustrializado en la materia, agregando que “hay un espacio que debe ser recuperado en comunión con las distintas artes” estableciendo sindicatos y la existencia de un vínculo fuerte con diferentes espacios políticos, junto con una internacionalización que se desarrolle en paralelo con el mundo europeo o norteamericano, estableciendo mayores lazos con el continente africano, ya que “por  ser colonizados, seguimos teniendo la llave de la ruptura. Tanto desde el punto de vista cultural,  social y  las luchas de los pueblos originarios,  creo que ahí está la labor y la posibilidad de organización”.

Por último, el fotógrafo pretende seguir profundizando en temas como la masculinidad, pues “cuando uno empieza a escuchar su comodidad, en el ámbito creativo se puede llegar a profundizar sobre ella, para que deje de ser tan cómoda”. Además espera seguir trabajando el teatro y tener la posibilidad de hacer procesos creativos de largo aliento, siguiendo obras por circuitos teatrales por unos años. Un momento en su carrera donde dijo, “tengo clara más o menos cuáles son mis líneas y debo seguir con eso”.