Colugar: el arte afuera de los museos

por Katalina Cortes Olguín - 2023
En Colugar, el arte contemporáneo es utilizado como una herramienta para problematizar y reflexionar sobre los usos del espacio público en Chañaral, junto con los vecinos y los lugares de sus vidas frecuentes y cotidianas. De esta forma, el fotolibro aquí presente, es el resultado de una residencia de redes colaborativas en una localidad perteneciente a las denominadas <<Zonas de Sacrificio>>.


“Esta dinámica de vínculo sensible situada en el territorio, hace de la comunidad de Chañaral, una identidad creativa enlazada y en diálogo con un espacio que responde, más bien, a la denominación de “zona de sacrificio” que a la de “capital cultural”, señala Javier González en el texto que nos introduce en ese viaje que va más allá de lo visual.


Muchas veces, para no decir la mayoría de estas, el arte y las demostraciones culturales son asociadas y vinculadas a instituciones que se alejan de estos lugares que existen desde los bordes. Donde no llegan las universidades, ni los museos y muchas veces abandonados por lo público y lo privado.

Uno de los aspectos mejores logrados del proyecto Colugar es el vínculo y conexión, que muestran las imágenes, de las personas -especialmente niños- con el entorno que los rodea, que hacen parte de sí mismos y que, además, añaden y proyectan en su propia identidad.


La contaminación y sus consecuencias son y serán, lamentablemente, parte no solo de nuestros paisajes, sino que también de nuestros cuerpos. El agua, el aire, el suelo son permeados hasta tal punto que llega a los cuerpos. En Colugar podemos evidenciar esto, desde el arte contemporáneo y la participación de la comunidad, en las fotografías de los niños usando máscaras hechas por elementos que encontraron en la tierra.


El eterno debate de si el arte debe funcionar como herramienta política o no, no será respondido en esta reseña. No obstante, creo de una particular importancia remarcar que el arte contemporáneo puede ser utilizado con estas intenciones. Nunca es suficiente lo que se habla de las zonas de sacrificio y siempre es bienvenido observar obras que son posibles solo con el aporte de las comunidades afectadas. Ahí radica su valor.