Sobre la fotografía como habitación y situación
por Martin Bollati - 2024
I
En la novela El Lugar de Mario Levrero, el protagonista se despierta en una habitación ajena sin memoria ni otra información. La trama se activa cuando el innombrado protagonista quiere salir de este espacio y al abrir la puerta para escapar se encuentra con otra habitación. Así se desarrolla toda la novela. El personaje pasa de un lugar a otro en búsqueda de la salida que no parece llegar. En cada habitación se enfrenta a una situación particular. La novela no da pistas para entender el espacio completo en el que sucede el relato porque solamente tenemos la noción de las habitaciones que atravesamos. La trama funciona por acumulación progresiva de espacios y por la tensión de las habitaciones a las que no podemos acceder. Quedan pendientes otros relatos detrás de las puertas sin abrir.
Así es como creo que funciona la recepción de la fotografía.
II
“En este año de 1832, el día 15 de agosto, paseando por mi balcón, me vino la idea de que tal vez se pudiera fijar las imágenes en la cámara oscura, por medio de un cuerpo que cambie de color por acción de la luz. Esta idea es mía, porque el menor indicio nunca antes tocó mi espíritu. Acudí a Joaquín Correa de Mello, boticario de mi suegro, hombre culto, que me dio a conocer el nitrato de plata. Me dispuse a realizar experiencias, donde todo me salió perfectísimo en cuanto al grabado sobre el vidrio. En cuanto a la cámara oscura, fijé en negativo una vista de la cárcel, un busto de La Fayete (sic), etc. El Sr. Mello me ayudó a crear la palabra: Photographia.”
Florence, H. 1852, citado por Machado Florence, A. 1948
Para la Historia de la Fotografía está es la primera. Es un registro de luz de más de 8 horas realizado en 1824 por Nicéphore Niepce supuestamente en Saint-Loup-de-Varenes en Francia. Una imagen fijada por luz cuya técnica se conoce como heliografía. Aunque se sabe que hubo otras imágenes fijadas previamente, esta es la aceptada como punto de referencia para empezar a pensar el medio de forma histórica. A mi me gusta pensar que no solo inaugura materialmente una disciplina y todos sus artefactos históricos sino que lo hace desde la perspectiva de quien mira hacia afuera. Con esta primera imagen no solo nace la Historia de la Fotografía sino que también nace la Historia de la Fotografía como Ventana.
Realizada en el año 1833 en São Carlos, actual Campinas, una ciudad a 100 km de São Paulo en Brasil, esta imagen se conoce como la primera fotografía de Hercules Florence de la que se conserva registro. Sin ningún contacto con las investigaciones desarrolladas en Francia e Inglaterra en esos años, Florence logró fijar una imagen con luz por sus propios medios y nombró a este nuevo invento como photographie. Es la primera vez en la Historia que se tiene registro del uso de este término. Es, técnicamente, la primera fotografía.
Cuidado: por aquí se entra al laberinto de la realidad.
- Revista El Péndulo, Buenos Aires, 1982.
- Revista El Péndulo, Buenos Aires, 1982.
En la novela El Lugar de Mario Levrero, el protagonista se despierta en una habitación ajena sin memoria ni otra información. La trama se activa cuando el innombrado protagonista quiere salir de este espacio y al abrir la puerta para escapar se encuentra con otra habitación. Así se desarrolla toda la novela. El personaje pasa de un lugar a otro en búsqueda de la salida que no parece llegar. En cada habitación se enfrenta a una situación particular. La novela no da pistas para entender el espacio completo en el que sucede el relato porque solamente tenemos la noción de las habitaciones que atravesamos. La trama funciona por acumulación progresiva de espacios y por la tensión de las habitaciones a las que no podemos acceder. Quedan pendientes otros relatos detrás de las puertas sin abrir.
Así es como creo que funciona la recepción de la fotografía.
II
“En este año de 1832, el día 15 de agosto, paseando por mi balcón, me vino la idea de que tal vez se pudiera fijar las imágenes en la cámara oscura, por medio de un cuerpo que cambie de color por acción de la luz. Esta idea es mía, porque el menor indicio nunca antes tocó mi espíritu. Acudí a Joaquín Correa de Mello, boticario de mi suegro, hombre culto, que me dio a conocer el nitrato de plata. Me dispuse a realizar experiencias, donde todo me salió perfectísimo en cuanto al grabado sobre el vidrio. En cuanto a la cámara oscura, fijé en negativo una vista de la cárcel, un busto de La Fayete (sic), etc. El Sr. Mello me ayudó a crear la palabra: Photographia.”
Florence, H. 1852, citado por Machado Florence, A. 1948
Para la Historia de la Fotografía está es la primera. Es un registro de luz de más de 8 horas realizado en 1824 por Nicéphore Niepce supuestamente en Saint-Loup-de-Varenes en Francia. Una imagen fijada por luz cuya técnica se conoce como heliografía. Aunque se sabe que hubo otras imágenes fijadas previamente, esta es la aceptada como punto de referencia para empezar a pensar el medio de forma histórica. A mi me gusta pensar que no solo inaugura materialmente una disciplina y todos sus artefactos históricos sino que lo hace desde la perspectiva de quien mira hacia afuera. Con esta primera imagen no solo nace la Historia de la Fotografía sino que también nace la Historia de la Fotografía como Ventana.
Realizada en el año 1833 en São Carlos, actual Campinas, una ciudad a 100 km de São Paulo en Brasil, esta imagen se conoce como la primera fotografía de Hercules Florence de la que se conserva registro. Sin ningún contacto con las investigaciones desarrolladas en Francia e Inglaterra en esos años, Florence logró fijar una imagen con luz por sus propios medios y nombró a este nuevo invento como photographie. Es la primera vez en la Historia que se tiene registro del uso de este término. Es, técnicamente, la primera fotografía.
En la heliografía de Niepce miramos hacia afuera y con ese punto de vista nace la metáfora de la fotografía como una ventana al mundo. En la photographie de Florence alguien mira a la cámara desde un balcón y con ella nace el vector que propone pensar que la fotografía sucede también en el espacio detrás del lente y no solo en el espacio que este tiene delante. Más de 150 años después de la creación de esta imagen, Vilem Flusser, también desde Brasil, continuaría con esa línea al postular que la crítica fotográfica debería orientarse hacia el aparato y no solamente fuera de él.
III
Detrás del balcón y del testigo de la foto de Florence hay una habitación. Se puede intuir en la poca resolución de la imagen. Lo mismo pasa en la fotografía de Niepce, aunque no pueda verse. Si uno pudiera hacer el ejercicio de mirar desde esa fotografía francesa y observar el lugar de su realización, se vería, en este orden, lo siguiente: una ventana, una cámara, un fotógrafo y una habitación.
IV
(En realidad esta es la primera fotografía de Hercules Florence de la que se tiene registro. La del balcón sucede poco después, pero a mi me sirve en este texto para ilustrar una idea y la puse primero. Así, exactamente, es como funciona el programa de la Historia. Quienes la difunden eligen el orden en que se narra.)
V
Se data la génesis del género policial en el año 1841. Edgar Allan Poe pública en ese año su cuento Los crímenes de la calle Morgue y da luz a una forma narrativa que se ha multiplicado. Una de las principales características del género es el manejo del suspenso a través de la gestión de la información. El lector de policiales acumula evidencia e intuiciones y, a la par de un personaje que busca (detective y sus variantes), intenta resolver el crímen dado. A veces el que lee sabe más que el que busca, a veces menos, y a veces igual. A veces el mismo que busca es el criminal y el que lee no lo sabe hasta su desenlace. Saer hizo un trabajo exquisito sobre esta premisa en su nouvelle La pesquisa. El cuento de Poe empieza con un asesinato en una habitación, el de Saer también. El estudio exagerado de esa condición de origen para una historia en un espacio cerrado es la novela Ciencias Ocultas de Mike Wilson, cuya trama es la descripción minuciosa e hiperinformada de una habitación y nada más. Así hay muchos ejemplos. Desde el espacio de la habitación se ha construido un género entero cuyo eje es la sospecha.
VI
Una habitación contiene un tipo de orden. Es un acontecimiento espacial que responde a una función y a una relación de uso.
Cuando vemos una fotografía, accedemos a un espacio que no es en el que estamos en ese momento. Ese ejemplo parece romperse cuando vemos la fotografía digital en la pantalla, recién hecha, o con la apreciación de una Polaroid mientras se revela. Pero incluso en ese caso ha pasado el tiempo, entonces aunque el lugar es el mismo está modificado en la imagen. Este fenómeno queda atestiguado con literalidad en las fotos que incluyen relojes.
III
Detrás del balcón y del testigo de la foto de Florence hay una habitación. Se puede intuir en la poca resolución de la imagen. Lo mismo pasa en la fotografía de Niepce, aunque no pueda verse. Si uno pudiera hacer el ejercicio de mirar desde esa fotografía francesa y observar el lugar de su realización, se vería, en este orden, lo siguiente: una ventana, una cámara, un fotógrafo y una habitación.
IV
(En realidad esta es la primera fotografía de Hercules Florence de la que se tiene registro. La del balcón sucede poco después, pero a mi me sirve en este texto para ilustrar una idea y la puse primero. Así, exactamente, es como funciona el programa de la Historia. Quienes la difunden eligen el orden en que se narra.)
V
Se data la génesis del género policial en el año 1841. Edgar Allan Poe pública en ese año su cuento Los crímenes de la calle Morgue y da luz a una forma narrativa que se ha multiplicado. Una de las principales características del género es el manejo del suspenso a través de la gestión de la información. El lector de policiales acumula evidencia e intuiciones y, a la par de un personaje que busca (detective y sus variantes), intenta resolver el crímen dado. A veces el que lee sabe más que el que busca, a veces menos, y a veces igual. A veces el mismo que busca es el criminal y el que lee no lo sabe hasta su desenlace. Saer hizo un trabajo exquisito sobre esta premisa en su nouvelle La pesquisa. El cuento de Poe empieza con un asesinato en una habitación, el de Saer también. El estudio exagerado de esa condición de origen para una historia en un espacio cerrado es la novela Ciencias Ocultas de Mike Wilson, cuya trama es la descripción minuciosa e hiperinformada de una habitación y nada más. Así hay muchos ejemplos. Desde el espacio de la habitación se ha construido un género entero cuyo eje es la sospecha.
VI
La lectura no te salva de la soledad, te la amuebla.
- A la brevedad posible, Luis Yslas Prado. Ediciones del fuego, Caracas, 2015.
- A la brevedad posible, Luis Yslas Prado. Ediciones del fuego, Caracas, 2015.
Una habitación contiene un tipo de orden. Es un acontecimiento espacial que responde a una función y a una relación de uso.
Cuando vemos una fotografía, accedemos a un espacio que no es en el que estamos en ese momento. Ese ejemplo parece romperse cuando vemos la fotografía digital en la pantalla, recién hecha, o con la apreciación de una Polaroid mientras se revela. Pero incluso en ese caso ha pasado el tiempo, entonces aunque el lugar es el mismo está modificado en la imagen. Este fenómeno queda atestiguado con literalidad en las fotos que incluyen relojes.
Las imágenes fotográficas son como habitaciones. Verlas es como entrar por primera vez en la habitación de otra persona. Al acceder a ese espacio, de intimidad compartida, se buscan con urgencia los detalles. Una fotografía funciona exactamente de la misma manera, por eso son análogas. Imágenes en las paredes, el orden, la forma en la que está hecha la cama. De esa manera se confirma rápido una filiación o se repele el ingreso por alguna disonancia. Interrogamos la habitación ajena a la que entramos porque si se cierra la puerta queremos entender con qué fuerzas nos quedaremos encerrados. Lo mismo pasa con una imagen fotográfica cuando la vemos. A primera vista se manifiesta completa, como cuando se enciende la luz de una habitación que desconocemos, y luego la miramos en detalle para entender que hay en ella para nosotros. Si nos afiliamos, nos quedamos, si no nos genera interés, o nos asusta, huimos de ella.
La novedad que presenta la novela de Levrero no es que la historia comienza con un personaje encerrado, sino que este no sabe por donde ha entrado y en consecuencia no sabe por dónde puede salir. En cambio, cuando miramos una fotografía siempre entramos por la mirada. Y entonces sabemos que podemos salir a través de ella. Cada visualización de una fotografía es distinta porque distinto es el lugar desde el que se la ve.
VI
Mirar una fotografía es como mirar una habitación (una situación) desde otra situación, que es nuestra forma de ver, sin la premura de sabernos observados.
VII
La sucesión de imágenes fotográficas acumula especialidades. Leer una secuencia fotográfica es dar paso al lugar siguiente. No sabemos qué hay detrás de cada puerta, pero si el relato nos interesa, avanzamos. Una fotografía oscura puede funcionar como una habitación con la luz apagada. Una página en blanco es como el momento previo. Leer una secuencia fotográfica es llenarse los ojos de habitaciones. Leer una secuencia fotográfica es hacerse lugar.
VIII
Si las fotografías son habitaciones, ¿qué son entonces las imágenes de semejanza fotográfica hechas con inteligencia artificial?
Flusser propone que la parte de la crítica fotográfica debe orientarse hacia el espacio interno (la cámara) en donde se gesta la imagen. Si miramos y preguntamos allí, probablemente se revelen otros espacios (los programas) que hay detrás e incluso otros que suceden más adentro. Al preguntar sobre los procesos detrás de las imágenes sintéticas la respuesta es difusa. Lo es porque no sabemos donde están hechas ni si eso sucede en un solo lugar. Si interrogamos a las imágenes en si no obtenemos respuestas más claras.
Por lo pronto es prudente decir que las imágenes de semejanza fotográfica producidas con motores de inteligencia artificial mantienen sus puertas cerradas. Suceden como superficies y cada vez que queremos entrar en ellas, no hay un lugar para estar. No estamos seguros de dónde vienen, no sabemos donde están, carecen de referente.
El género policial y la fotografía nacieron de una habitación y desde allí proyectaron una forma de leer y entender el mundo. Las imágenes sintéticas nacieron desde un incógnito lugar y aún no sabemos cómo es que ese lugar se proyecta, ni si tiene entrada o salida.
La novedad que presenta la novela de Levrero no es que la historia comienza con un personaje encerrado, sino que este no sabe por donde ha entrado y en consecuencia no sabe por dónde puede salir. En cambio, cuando miramos una fotografía siempre entramos por la mirada. Y entonces sabemos que podemos salir a través de ella. Cada visualización de una fotografía es distinta porque distinto es el lugar desde el que se la ve.
VI
Mirar una fotografía es como mirar una habitación (una situación) desde otra situación, que es nuestra forma de ver, sin la premura de sabernos observados.
VII
La sucesión de imágenes fotográficas acumula especialidades. Leer una secuencia fotográfica es dar paso al lugar siguiente. No sabemos qué hay detrás de cada puerta, pero si el relato nos interesa, avanzamos. Una fotografía oscura puede funcionar como una habitación con la luz apagada. Una página en blanco es como el momento previo. Leer una secuencia fotográfica es llenarse los ojos de habitaciones. Leer una secuencia fotográfica es hacerse lugar.
VIII
Si las fotografías son habitaciones, ¿qué son entonces las imágenes de semejanza fotográfica hechas con inteligencia artificial?
Flusser propone que la parte de la crítica fotográfica debe orientarse hacia el espacio interno (la cámara) en donde se gesta la imagen. Si miramos y preguntamos allí, probablemente se revelen otros espacios (los programas) que hay detrás e incluso otros que suceden más adentro. Al preguntar sobre los procesos detrás de las imágenes sintéticas la respuesta es difusa. Lo es porque no sabemos donde están hechas ni si eso sucede en un solo lugar. Si interrogamos a las imágenes en si no obtenemos respuestas más claras.
Por lo pronto es prudente decir que las imágenes de semejanza fotográfica producidas con motores de inteligencia artificial mantienen sus puertas cerradas. Suceden como superficies y cada vez que queremos entrar en ellas, no hay un lugar para estar. No estamos seguros de dónde vienen, no sabemos donde están, carecen de referente.
El género policial y la fotografía nacieron de una habitación y desde allí proyectaron una forma de leer y entender el mundo. Las imágenes sintéticas nacieron desde un incógnito lugar y aún no sabemos cómo es que ese lugar se proyecta, ni si tiene entrada o salida.
Corrección de texto: Amanda Gamboa