Plan Oasis: Crónica de un derrumbe ideológico

Por Axel Indey - 2021

“¿Por qué no hacen un bingo?” - Gerardo Varela, Ministro de Educación (marzo - agosto de 2018)

Esta frase, lanzada el 22 de agosto del 2018 por uno de los tantos ministros que desfilaron por el gobierno de Sebastián Piñera, hacía referencia a los reclamos que recibía el Ministerio de Educación por parte de colegios que tenían problemas en su infraestructura, como goteras o falta de agua potable. Varela no fue el primer ministro del gobierno en demostrar una actitud displicente hacia los problemas de los ciudadanos que los eligieron. Tampoco el último. Una seguidilla de frases que la prensa tachó como “desafortunadas” reveló el verdadero rostro de la desigualdad en Chile: una desconexión tan profunda entre la élite gobernante y el resto de los ciudadanos que difícilmente se podría hablar de una sociedad en sentido estricto.

La frase del ministro de Educación también sirve como punto de partida para el Plan Oasis, un proyecto lanzado por la microeditorial independiente Rayo Verde, el cual busca archivar las distintas declaraciones de la clase política chilena durante la actual crisis institucional. Una selección que puede seguirse como una cadena de eventos que culminaron (pero no se agotaron) en la revuelta de octubre de 2019, cuando el agrietado edificio de la modernidad chilena finalmente sucumbió bajo el peso de la desintegración social que venía arrastrándose hace décadas.

El hecho de que sea una pequeña editorial de Santiago la que haya elaborado este repositorio no es circunstancial. Es parte de la crítica que los mismos encargados del proyecto lanzan contra los medios de comunicación, pilares fundamentales de un sistema derrumbado que se mantiene vigente por la inercia de algunos y los intereses de otros. Y es que el bombardeo constante de información al que estamos sometidos en la era digital se dedica a enterrar en pocas horas lo que ayer era un punto de inflexión en la vida colectiva, mientras que las mismas líneas editoriales de los medios hegemónicos se encargan de transformar en lapsus linguae la ideología desenmascarada de un gobierno y una clase social.

“Es necesario sustituir el aparato comunicacional por una editorialidad que sea eficiente en su rol crítico”, aseguran los encargados de Plan Oasis, iniciativa se presenta como un espacio en el cual el discurso de la clase dominante se revela en todo su contenido ideológico, sin los ambages de la cotidianeidad mediática. En ese sentido, Plan Oasis podría leerse como una crónica de la revuelta social desde los ojos de la élite política y económica, casi como una tragedia shakesperiana que narra el derrumbe del tan rentable oasis latinoamericano. Casi, decimos, porque el tenor de las declaraciones de los involucrados siempre está a punto de convertir todo el evento en una comedia involuntaria.

Plan Oasis no es solo la publicación impresa lanzada por El Rayo Verde. Es también una serie de intervenciones realizadas tanto en el espacio público como en galerías de arte, una manera de mantener en la superficie la ideología que impera actualmente en nuestro país y que tendemos a normalizar cuando dejamos de verla a la cara por un tiempo. La labor del archivo, sostienen desde el proyecto, no es solo el resguardo de materiales para la historia, sino también el mantener aquellos materiales accesibles para la ciudadanía y para la política. Y es que es a través de lo visible, lo audible y lo palpable que podemos comenzar a desenredar ese sentido común que han construido dentro de nosotros. Es a través de lo superficial, de esas declaraciones lanzadas al voleo por las autoridades, como podemos comenzar a cuestionar lo que habita en la profundidad de nuestras entrañas y de nuestras instituciones.

Plan Oasis se mueve en las superficies del discurso político, y de esta manera logra arrojar luz sobre lo que se oculta en el fondo de nuestro sentido común. El nombre del proyecto es una obvia referencia a ese oasis mencionado por Piñera unos días antes de la revuelta, la renovación de la alegoría del Jaguar que también se agotó hace años. Hoy el modelo neoliberal está hecho añicos contra el suelo. Para reformular las imágenes de nuestra realidad política, asegura Sergio Soto en el prólogo a la publicación, debemos administrar las ruinas de esta catástrofe. Resguardarlas para que sean material sólido y pisotearlas. Ese es el objetivo de Plan Oasis: entrar a territorios violentos y rabiosos con la certeza de que pueden ser transformados.