La latencia de la fotografía en los recuerdos y memorias


Paola Jiménez

Entrevista por
Katalina Cortes Olguín - 2023
Paola Jiménez es una fotógrafa peruana, quien desde temprana edad comenzó a trabajar en proyectos fotográficos personales desde el archivo. Inició sus estudios en el área de las comunicaciones, pero luego encontró la pasión de estudiar fotografía formalmente durante un intercambio: “Hasta ahora no he encontrado algo que me guste tanto, así como para estudiarlo, pero la foto sí me ha gustado así”, nos cuenta.

La perspectiva de la fotografía y el impacto en su cotidiano ha ido cambiando con el tiempo para la artista, en un comienzo se sentía como una obsesión para saber cómo funcionaba la memoria y no olvidar nada. No obstante, luego se convierte en un recurso para contar una historia, que puede ser complementada más allá de la imagen.

Reglas para pelear

“Reglas para pelear” es un proyecto fotográfico que la artista ha trabajado desde la adolescencia y que ha desarrollado a través del tiempo en los diversos lugares en donde estudió fotografía. Esta serie nace desde querer reconectar con su padre quien fue asesinado cuando Paola tenía cinco años de edad; se origina en un ejercicio de autorretrato, que luego va encausando en diferentes capas, experimentaciones e información de la intimidad familiar. 

“Después de que mi papá se muriera no quedaron muchas fotos”. Debido a toda la información e historia que se puede contar por una situación familiar como esta, Paola señala que solo usar imágenes dejó de ser suficiente, habían lugares a los que la propia fotografía no estaba llegando. Esto a pesar de que su padre era un ávido aficionado a la tecnología, las cámaras fotográficas y por ende, a la fotografía misma, dejando decenas de películas, que luego de años fueron encontradas y reveladas por Paola:

“En verdad creo que la fotografía no es suficiente porque hay muchas más cosas que te pueden componer una historia, mucho más material, de diferente tipo que puede hacer que una historia funcione, porque en mi cabeza era como: “Si yo quiero que las demás personas entiendan la historia que quiero contar, probablemente la foto que yo haga o que mi papá haya hecho no sea suficiente y necesito poner más cosas, ya sea como documentos, texto, papeles, videos o capturas de video”.
¿Cómo fue redescubrir tu relación con tu padre? ¿Como fue reconstruirla a través de la fotografía y las imágenes de archivo?

R: Fue duro, tuvo muchas etapas, creo, porque hizo abrirme mucho emocionalmente, no sabía que esa herida era tan profunda.  De hecho, yo iba yendo a terapia por eso desde que comencé la carrera, más o menos 23 - 22 años. Pero creo que hasta que empecé como a averiguar muchas más cosas, no entendía el impacto que podría haber tenido, que tuvo eso en mi vida y creo que eso es lo que más me hacía como continuar. Quería saber cómo… ¿Cuál pudo haber sido la relación con él? ¿Qué es lo que me quitaron? ¿Qué es lo que ya no tuve? Como verlo desde la carencia. Y de ahí empecé a verlo como desde mi relación con mi familia, porque al final mi papá ahora está muerto, pero mi familia sigue viva. (…) Creo que la final no se trataba mucho de mi papá, sino más de mi familia que se quedó, o sea los que nos quedamos: mis hermanos, yo y mi mamá.

Antes de casarse, sus padres comenzaron a escribir en un cuaderno qué es lo que esperaban del matrimonio, en un taller de la iglesia. Los textos se trataban del amor, un sentimiento universal y al mismo tiempo íntimo, que suele pensarse único, que nunca antes lo habían sentido así.

“Yo no tuve como una figura masculina grande que me dijera cosas sobre el amor o las relaciones con hombres o relaciones heterosexuales o cosas así o qué significa el amor también, claro, para mí, para él. Fue súper, súper íntimo encontrar eso”.

De aquí nace el título del proyecto, por la resolución de conflictos. “Hay una página donde se escriben reglas para la comunicación, para para resolver peleas, conflictos y eso me parece como tan… O sea que es como tan vigente hasta ahorita”.


“Son bonitos, pero es contaminación”

Siguiendo la línea de lo personal y lo familiar, Paola comenzó a desarrollar otro proyecto fotográfico, el año pasado, titulado “Cuando el cielo es rosado, no me arrepiento de nada”. En esta oportunidad indaga sobre los secretos familiares, traumas generacionales y cómo ha sido sobrevivido a abusos sexuales.

“Tiene que ver mucho también con la muerte de mi papá, porque después de que lo asesinan a mi familia y generalmente como una depresión muy muy grande y sucede que hay abusos sexuales hacia mi persona. (…) En la cuarentena hablando con mi mamá y todo me entero que muchas más mujeres de mi familia han sufrido este tipo de abusos, desde mi abuela materna, hasta primas que tengo y son mujeres muy cercanas a mi familia”.

La artista nos cuenta que, en un viaje con su hermana, supo que ambas habían pasado por situaciones similares. “Para mí era súper fuerte porque yo siempre me encontraba como bastante aislada con ese tema, porque sentía que nadie más me podía entender, porque no les había pasado algo así, pero mi mamá como súper triste me dijo que a ella también le había pasado”. Paola decidió dejar la frase dicha por su hermana “Cuando el cielo es rosado, no me arrepiento de nada” porque este efecto se da por la contaminación que existe en las grandes ciudades, a primera vista puede ser muy hermoso, pero en lo profundo, es tóxico.

De esta manera, la fotógrafa hace una analogía con los secretos familiares para mantener una apariencia compuesta frente al resto, pero que en el fondo, nada de eso es tan cierto y que en las familias suceden cosas que, al no hablarse, al no tener reglas para pelear, se acumulan y generan traumas que se pasan de generación en generación. En una sociedad como la latinoamericana, donde mantener las apariencias importa, muchas veces, más que el bienestar propio, es de una urgencia imperante integrarlo en las narrativas artísticas y fotográficas contemporáneas.