Paisaje Sugerido: el retrato de una memoria vulnerable
por Juana Balcazar - 2023
Tatiana Alfaro
reconstruye. Tal como se mira el abismo cuando la naturaleza asola todo lo que
alguna vez se erigió, la artista une fragmentos de una catástrofe e hila los
pedazos de memoria para contar una historia, la de los habitantes del sector
Baquedano en Coquimbo. Quienes fueron afectados por el terremoto y posterior
tsunami del año 2015. Una historia repetida, que inundó sus calles 93 años
antes, cuando un tsunami de las mismas características ocurrió en
1922.
Recuerdo ir en la micro, pasado algunos años del evento, y escuchar a alguien decir: “Por qué siguen construyendo ahí sus casas si saben lo que pasó”. Los lugares no son solo espacios físicos, también guardan vivencias, y el caso del barrio Baquedano, es un ejemplo claro de la historia reciente de la ciudad.
Durante el auge de Coquimbo como puerto durante el siglo XIX y principios del siglo XX, se experimentó un fuerte movimiento económico debido a la actividad comercial, lo que llevó a la construcción de espacios donde las familias porteñas pudieran desarrollarse. Con el tiempo, y cerca del mar siempre, sus casas y su gente fueron y son parte importante de la memoria de la ciudad, construyendo una identidad, y un arraigo.
Recuerdo ir en la micro, pasado algunos años del evento, y escuchar a alguien decir: “Por qué siguen construyendo ahí sus casas si saben lo que pasó”. Los lugares no son solo espacios físicos, también guardan vivencias, y el caso del barrio Baquedano, es un ejemplo claro de la historia reciente de la ciudad.
Durante el auge de Coquimbo como puerto durante el siglo XIX y principios del siglo XX, se experimentó un fuerte movimiento económico debido a la actividad comercial, lo que llevó a la construcción de espacios donde las familias porteñas pudieran desarrollarse. Con el tiempo, y cerca del mar siempre, sus casas y su gente fueron y son parte importante de la memoria de la ciudad, construyendo una identidad, y un arraigo.
Entonces no, no son solo
casas ni calles ni veredas. Y el fotolibro de Tatiana así lo deja ver. Una de
sus fotografías, una señora apoyada en su pared con un delantal rojo, después,
fotografías de carnet amontonadas. Es el deseo de quedarse, y de resistir en la
memoria colectiva. El quedarse, es no temerle a otro tsunami que se lleve todo,
y seguir levantando una comunidad dentro de la propia urbe.
Con este fotolibro, Alfaro une las capas del tiempo, y nos ofrece una mirada que une el Baquedano devastado, y el Baquedano actual. También nos muestra las falencias de las ayudas en reconstruir el barrio. Grandes edificios, puestos por inmobiliarias buscando remover esa identidad en una especie de gentrificación, de la cual no han estado ajenos otros sectores del centro de la ciudad, donde los edificios imperan y el poco cuidado a lo histórico se hace latente demoliendo mercados y construyendo estacionamientos.
El relato de la fotógrafa entonces no solo se remite a este barrio, aunque así lo establezcan sus imágenes. Es un testimonio de una ciudad y una crítica frente al desarrollo territorial a destajo, y sin consideración con el sentido de comunidad que tanto destruye el capitalismo. Este es, un paisaje sugerido, pero que esconde tras sus ruinas mensajes que se pueden descifrar, y donde también se observa la solidaridad, la tristeza y las contradicciones del ser humano.
Con este fotolibro, Alfaro une las capas del tiempo, y nos ofrece una mirada que une el Baquedano devastado, y el Baquedano actual. También nos muestra las falencias de las ayudas en reconstruir el barrio. Grandes edificios, puestos por inmobiliarias buscando remover esa identidad en una especie de gentrificación, de la cual no han estado ajenos otros sectores del centro de la ciudad, donde los edificios imperan y el poco cuidado a lo histórico se hace latente demoliendo mercados y construyendo estacionamientos.
El relato de la fotógrafa entonces no solo se remite a este barrio, aunque así lo establezcan sus imágenes. Es un testimonio de una ciudad y una crítica frente al desarrollo territorial a destajo, y sin consideración con el sentido de comunidad que tanto destruye el capitalismo. Este es, un paisaje sugerido, pero que esconde tras sus ruinas mensajes que se pueden descifrar, y donde también se observa la solidaridad, la tristeza y las contradicciones del ser humano.