“Mi fotografía es el resultado de los momentos que he vivido”


Nina Myndlis


Entrevista
por Axel Indey - 2022
Nina Myndlis creció en una casa que tenía un retrato enorme de Miles Davis colgado en la pared de la sala de estar y recuerda que debajo de la imagen del músico había un grabado en el que se leía “Miles Davis by Dennis Stock”, palabras que debió de repasar un centenar de veces cada vez que miraba con malestar aquella extraña fotografía, incapaz de descifrar qué era exactamente aquello que le incomodaba.

La fotógrafa no podía fijar la mirada en el trompetista. Sus ojos se ubicaban justo debajo del escenario, en la silueta de una mujer sentada frente a unos vasos vacíos y en el trozo recortado de un cigarro que se colaba por un lado de la fotografía. ¿Qué sentido tenían esas presencias extrañas que arrinconaban al artista contra una esquina de la imagen? ¿Cómo podía el fotógrafo haber publicado una obra en la cual el protagonista era opacado por tantos elementos secundarios?

Hubo un día en que la forma en que Nina miraba aquella fotografía cambió: sus ojos se alinearon de golpe con los ojos de Dennis Stock y Miles Davis cobró vida frente a ella; el entorno, que antes le había estorbado, la transportaba ahora hacia aquella atmósfera vibrante que acarreaba el ritmo desenfrenado del jazz. Nina ya no era Nina, sino Dennis Stock observando a Miles Davis.

Con aquella nueva mirada ingresó a un taller de fotografía que impartió su colegio durante el último año de secundaria, una experiencia que hoy considera crucial en su desarrollo artístico. Las fotos que tomó durante aquella temporada conforman su serie Colegio, la cual presenta elementos que más tarde se transformaron en motivos recurrentes de su obra. Nina utiliza la luz del sol para construir atmósferas calmas que invitan a la contemplación, sus imágenes nos llaman a reposar en las bancas de un pasillo o a refugiarnos en la sombra de un árbol durante un día cálido; en aquel letargo propio de las interminables jornadas escolares surge otro elemento central de la obra de Nina: el compañerismo y la manifestación de los vínculos humanos.

“Me gusta retratar lo cotidiano y los vínculos”, asegura la artista bonaerense. “Al ver las fotos que le saco a mis amigos espero que haya cierta unión y no sea algo tan diferente a las que saco en mis viajes a otros lugares. En general me gusta charlar con las personas, conocerlos. Es algo más cotidiano y de compartir el tiempo. Hay un vínculo entre el fotografiado y el retratado, pero cuando hay dos personas vinculándose se suma además otra arista, mucho más interesante”.

El ojo que Nina había abierto durante su adolescencia no se cerraría luego de dejar el colegio. A aquella primera experiencia formativa se sumarían otros talleres y seminarios con fotógrafos como Ignacio Lasparra y Martín Bollati, a los cuales destaca como grandes referentes que fueron influyendo en su estilo. También impactaron en su trabajo distintas vivencias personales, como un viaje de dos años a las Islas Canarias que comenzó como un voluntariado, pero que terminó convirtiéndose en un proyecto fotográfico en torno a la maternidad y la infancia.

A pesar de todos estos cambios y fluctuaciones, Nina asegura que su estilo no ha experimentado tantas transformaciones a través de los años, y que lo calmo y lo tranquilo siguen siendo los ejes en torno a los cuales gira su obra. “Hay trabajos que tienen mucha más energía y rapidez, pero yo me siento parte de lo lento. Yo soy bastante tranquila, y la foto es más el resultado de los momentos que vivo que algo que armo”, sostiene Myndlis.

“Soy joven y siempre uno va cambiando, pero siento que mi estilo se ha mantenido constante. Para mí la fotografía es como coleccionar un poco. Hay una cita de Beatriz Vallejos que dice así: ‘Sucede como quien junta piedritas en la playa. Agarra las más simpáticas y las pone en una bolsita, pero si agarrás cada una de esas piedritas cada piedrita tiene mucho que contar’”.