Max Donoso

“La fotografía tiene un rol esencial en mostrar cómo una sociedad cambia y evoluciona”

por Juan Alfaro Balcazar - 2020
Nació en Santiago de Chile hace 60 años en una familia numerosa y rodeado de artistas, un ambiente que fue parte de lo que considera una herencia. De esta manera su obra y vida se embarcan en la incesante búsqueda de la identidad de este largo territorio llamado Chile, creando una perspectiva única y la sensibilidad de su trabajo el cual compartió con Letargo revista.

¿Cómo cree que influyeron sus experiencias personales en su formación como ser humano y en su trabajo?

“Hubo una vivencia que me conmovió mucho, mi padre fue miembro de la Fundación Mi Casa que en los años sesenta acogió a niños desamparados. Un día el fotógrafo Sergio Larraín llegó a nuestro hogar con las fotografías de los niños del Mapocho para publicarlas en el libro de la fundación. Ver esas imágenes de niños que vivían en la miseria al borde del río me marcó para siempre, tenía la edad de ellos y  esta experiencia me abrió los ojos”.

De esta forma, sus primeros acercamientos con la fotografía en la niñez moldearon en Max una pasión que en sus palabras, se traduce en que aún hoy  “me produce asombro y todo el proceso químico en el laboratorio tiene una magia indescriptible”. Algo que definió como el “resultado de una alquimia” que produce en él una curiosidad infinita por las múltiples posibilidades expresivas del arte fotográfico.

Por otra parte entre algunos de sus referentes se encuentran Krass Clement, Christer Stromholm y Anders Petersen, fotógrafos documentales que se alinean con el interés de Donoso en esta área, ya que “hay tantas maneras de mirar el mundo y hay algo fascinante en eso”, junto con lograr una cercanía emocional hacia la experiencia humana que lo conmueve inmensamente. Además, en América Latina destacó a fotógrafas como Graciela Iturbide, Adriana Lestido y Maya Goded que según el autor “tienen una obra extraordinaria”.

En este sentido, su trabajo se configura en dos líneas, la primera tiene que ver con la publicación de libros sobre ámbitos vinculados a la identidad y patrimonio histórico nacional, donde se refleja su inquietud constante sobre la búsqueda de la “identidad nacional” y por otro,  una fotografía personal y autoral donde, en cambio, declaró que “hay un propósito de visibilizar mundos precarios, poéticos, invisibles y significativos, aquellos territorios alejados de la cultura oficial y de los libros de historia”. 


Es así que con la misma cámara Rolleiflex con la que su padre tomaba fotos familiares y a partir de una tarde de invierno donde se encontró en una plaza de Valparaíso con un show callejero de travestis, comenzó hace siete años su serie titulada Mar Negra, una investigación donde intenta crear un relato acerca del dolor y la belleza que se relaciona con una mirada personal de lo que considera el Chile real, ese “de quienes sobreviven con trabajos esporádicos, amenazados por el hambre y la indiferencia, seres anónimos y delicados”.

¿Qué rol cree que cumple la fotografía en los distintos cambios de una sociedad como la chilena?

“Los fotógrafos somos testigos de nuestro tiempo y tenemos la oportunidad de dejar una mirada que tiene relación con nuestra memoria colectiva. Conocemos, por ejemplo, la sociedad cuzqueña de mediados del siglo pasado a partir de las extraordinarias fotografías de Martin Chambi. La fotografía tiene un rol esencial en mostrar cómo una sociedad cambia y evoluciona. Los fotógrafos tenemos un desafío ahí”.

Asimismo, según el artista la empatía y la sensibilidad son ejes primordiales para captar imágenes que conmuevan, pues “sólo a través de una sincera cercanía con nuestros fotografiados lograremos esa intimidad que emociona”. Algo que en su mirada tiene que ver con el mundo propio, que es también similar a todos los otros mundos, un sentimiento que enlazó con su serie Mar Negra,  ya que “uno puede concluir que las personas retratadas pueden ser de Valparaíso o de Estambul, no tienen nacionalidad. Eso me indica que somos más parecidos de lo que creemos, y eso me encanta”. Un proyecto que según relató, sigue motivándolo y del cual no existe fecha de término, esperando incluir otras temáticas que “tengan que ver con las vivencias de la gente de mi puerto querido”.