Martin Velasco

Los recovecos documentados de la casa de vidrio y la fotografía como retrato del diario vivir


por Katalina Cortes Olguín - 2021 
Desde su conexión con la danza, su familia y las relaciones humanas, Martin Velasco relata cómo ha sido su viaje en la fotografía. “al final del 2019 me conseguí una cámara que me regaló mi abuelo, ese fue mi primer acercamiento a entender la imagen de otra manera” explica. A día de hoy trabaja en un registro familiar que busca proyectar la esencia de esta misma, lo oculto e interno que se viven en las dinámicas de este tipo de relaciones “Siento que es una parte que se oculta harto, las sensaciones internas, los espacios internos de las personas, super reservado, pasa mucho aquí en mi casa desde siempre, cuesta mucho hablar las cosas” dice Martín.

El fotógrafo indica que sus máximas inspiraciones e influencias nacen desde las personas que tiene a su lado: su familia y amigos, en las atmósferas que ellos habitan. “Creo que funciona de una manera mucho más sensorial y creo que en ese sentido, a mi fotografía la definiría así, muy de atmósfera, muy ficción también (…). Me gusta mucho retratar a mi alrededor y la gente que está ahí y los espacios, pero lo que pasa que el momento en el que fotografío ya pasa a ser una ficción, una puesta en escena”.

Su proyecto más reciente y personal se titula “Casa de Vidrio” simulando y representando su propio hogar. El nombre nace desde una lectura de carta astral que sus padres grabaron cuando él tenía dos años de vida “de repente esta persona que leía la carta decía <<vive en una especie de casa de vidrio>> y de ahí se me quedó dando vuelta esa idea y lo fui asociando a la estructura de mi casa, porque es una casa que tiene mucho vidrio, en la que hay reflejos en todas partes”.

Con tu proyecto, ¿Cuál dirías que es la importancia de la fotografía como herramienta documental en las familias?

Mi abuelo murió y encontré muchos negativos, muchas diapositivas que él tenía guardadas en una caja en la bodega y yo las veía y decía “de verdad es impresionante ver algo en un momento que no existía, voy a transportarte a reconocer un espacio que todavía existe, pero la pared es de otro color o los árboles eran más chicos. Entonces te produce una sensación muy profunda que es inquietante y yo decía” bueno quizás cuando yo sea muy viejo, quiera ver rostros, ver el espacios de las personas, los espacios que habitaban las personas, las relaciones de las personas” y generaba un contraste muy fuerte con la foto que hago. (…) Creo mucho en la fotografía personal, el registro, un diario quizás, un diario personal, para quién haces las fotos. 

¿Qué es lo que te mueve para indagar en tu cotidianidad familiar?


Creo que es más sincero, siento que no puedo pretender fotografiar otra cosa si es que no lo vivo realmente. Al final lo que estoy viviendo todo el tiempo es el cotidiano y esa cotidianidad puede cambiar también, cambia dependiendo del entorno en el que estás; dependiendo del espacio, una persona puede tener muchos cotidianos diferentes también. Me interesa la cotidianidad, porque es algo súper íntimo, cada persona tiene su cotidianidad, que es muy personal e íntimo para sí misma, es algo que no existe fuera de eso, entonces fotografiarla y retratarla siento que es una forma de mostrarle al mundo diferentes formas del existir, diferentes realidades, una en las infinitas que existen.

Sensación de atmósfera



Martín muestra formas oscilantes y reflejos de personas que se leen como un vaivén entre la realidad y la ficción, los elementos retóricos que utiliza en su fotografía le permiten plasmar su entorno familiar como si él mismo fuese un ente que se refleja. De esta forma, el fotógrafo pone de ejemplo una situación con su madre “ese día estaba con la cámara y veo que mi mamá está tapada con el poncho mucho rato y fue como <<algo está sucediendo algo ahí, no está viendo nada, seguramente está con los ojos cerrados>> (…) tomó la cámara y sale del poncho y mi hermana se para y no alcance a registrarlo realmente y pedí por favor que se pusieran de esta manera y ahí es falso, es una ficción, es absolutamente ficción lo que acabo de hacer porque no lo logré registrar en el momento en que está sucediendo”.


Desde el inicio de la pandemia, su casa se volvió el lugar más recurrente en el que se encontraba. Por esto mismo, de una forma inevitable su hogar se convirtió en el lugar donde más se desarrolló fotográficamente. Conocerse a sí mismo y conocer la atmósfera de su hogar le permitió retratar de una forma íntima y profunda los recovecos de su espacio diario. Ser sensible y estar abierto a las energías y sensaciones que irradian las personas de su entorno, y a las propias, le permite recibir momentos y traducirlos en historias, que quede registro de su idea.