Mariela Sancari: "Quiero que mis imágenes funcionen como preguntas, que duden, que sean inestables y tambaleen"
Entrevista por
Daniela Mancilla - 2024
Daniela Mancilla - 2024
Mariela Sancari es una artista argentina que actualmente vive y trabaja entre Barcelona y Ciudad de México. La autora defiende la creación y el pensamiento fuera de los circuitos tradicionales de formación y validación. Su extensa obra se ha centrado en la memoria, así como en la delgada línea entre la verdad y la ficción en las imágenes.
“Actos de imagen”, es uno de sus más recientes proyectos fotográficos. Conocida por su enfoque experimental, Mariela nos introduce a una serie que explora la interacción entre las imágenes y la realidad de una manera reflexiva. ¿De dónde surge esta relación?
El proyecto nace a partir de un manual de autodefensa feminista. La artista, junto a una amiga, comenzó a fotografiar los movimientos descritos en el manual. Lo que inicialmente eran gestos de defensa se transformaron en una exploración más amplia de cómo nuestros cuerpos interactúan con el mundo. "La serie habla de agencia y de cómo nuestras cuerpas habitan y dialogan con sus espacios y momentos", explica. Este diálogo continuo, donde el mundo presiona y nosotros devolvemos esa presión, se convierte en un espacio de constante transformación.
¿Qué te llevó a elegir este manual como punto de partida para tu proyecto y cómo influyó en el desarrollo de la serie?
Lo que comenzó como un intento por asociar una imagen a los movimientos descritos en un manual de autodefensa, se transformó en una reflexión sobre el espacio de encuentro entre mi cuerpx y el mundo, un espacio que la pensadora Laura Tripaldi llama interfaz y define así: “no es una línea imaginaria que separa los cuerpos unos de otros, sino más bien una región material, una zona de frontera dotada de masa y espesor y caracterizada por propiedades que la hacen radicalmente diferente de los cuerpos que en su encuentro la producen”.
Esta definición logra nombrar mi interés: ese entre lxs cuerpxs como un espacio de producción de sentido, que no solo presionamos y nos presiona de regreso sino en el que pueden suceder una serie amplia de eventos, experiencias y formas de relación que había aprendido a leer y transitar solo de una manera. Esta aproximación develó la posibilidad de pensar la transmutación de los elementos participantes en ese encuentro.
“Actos de imagen”, es uno de sus más recientes proyectos fotográficos. Conocida por su enfoque experimental, Mariela nos introduce a una serie que explora la interacción entre las imágenes y la realidad de una manera reflexiva. ¿De dónde surge esta relación?
El proyecto nace a partir de un manual de autodefensa feminista. La artista, junto a una amiga, comenzó a fotografiar los movimientos descritos en el manual. Lo que inicialmente eran gestos de defensa se transformaron en una exploración más amplia de cómo nuestros cuerpos interactúan con el mundo. "La serie habla de agencia y de cómo nuestras cuerpas habitan y dialogan con sus espacios y momentos", explica. Este diálogo continuo, donde el mundo presiona y nosotros devolvemos esa presión, se convierte en un espacio de constante transformación.
¿Qué te llevó a elegir este manual como punto de partida para tu proyecto y cómo influyó en el desarrollo de la serie?
Lo que comenzó como un intento por asociar una imagen a los movimientos descritos en un manual de autodefensa, se transformó en una reflexión sobre el espacio de encuentro entre mi cuerpx y el mundo, un espacio que la pensadora Laura Tripaldi llama interfaz y define así: “no es una línea imaginaria que separa los cuerpos unos de otros, sino más bien una región material, una zona de frontera dotada de masa y espesor y caracterizada por propiedades que la hacen radicalmente diferente de los cuerpos que en su encuentro la producen”.
Esta definición logra nombrar mi interés: ese entre lxs cuerpxs como un espacio de producción de sentido, que no solo presionamos y nos presiona de regreso sino en el que pueden suceder una serie amplia de eventos, experiencias y formas de relación que había aprendido a leer y transitar solo de una manera. Esta aproximación develó la posibilidad de pensar la transmutación de los elementos participantes en ese encuentro.
Podría ser que, aun momentáneamente, dejara de ser un yo definido y sólido que se “enfrentaba” al mundo para ser unx participante en un ensamblaje que solo tomaba forma y consistencia durante mi participación y la de lxs demás componentes con lxs que habitaba ese tiempo/espacio específico. Para mí significó rasgar una grieta en mi forma de entender el mundo (y, en relación con mi práctica, también las imágenes) y ampliar el inventario de posibilidades.
El título de la obra, tiene una conexión conceptual con los "speech acts" del lingüista J.L. Austin, que describe cómo ciertos enunciados pueden transformar realidades. Mariela se pregunta cómo las imágenes podrían tener un efecto similar. Para ella, los gestos capturados en sus fotos son micro-unidades de diálogo con el mundo, elementos esenciales para repensar y reinventar nuestras realidades.
¿Cómo ves la relación entre la imagen fotográfica y su capacidad para generar cambios en la percepción y en la realidad de quienes las observan?
Intento pensar más en las situaciones y experiencias de sentido en las que las imágenes están involucradas más que en ellas mismas y su potencia. Es decir, trato de alejarme un poco de la noción de que las imágenes traen cosas con ellas que tenemos que descifrar o potenciar (que seguramente sí las traen) y más bien enfocarme en trabajar con ellas sin desvincularlas de sus contextos y vínculos, de su red de relaciones.
Un concepto central que surgió en su proyecto es la idea de "intra-acción", acuñada por la física cuántica Karen Barad. A diferencia de la interacción, que considera a los elementos como predefinidos, la intra-acción sugiere que los elementos no tienen una existencia previa al encuentro. El significado se crea en el momento del encuentro. Este enfoque permite que las imágenes de Mariela existan en un estado de constante transformación y cuestionamiento. "Quiero que mis imágenes funcionen como preguntas, que duden, que sean inestables y tambaleen", afirma la artista.
El título de la obra, tiene una conexión conceptual con los "speech acts" del lingüista J.L. Austin, que describe cómo ciertos enunciados pueden transformar realidades. Mariela se pregunta cómo las imágenes podrían tener un efecto similar. Para ella, los gestos capturados en sus fotos son micro-unidades de diálogo con el mundo, elementos esenciales para repensar y reinventar nuestras realidades.
¿Cómo ves la relación entre la imagen fotográfica y su capacidad para generar cambios en la percepción y en la realidad de quienes las observan?
Intento pensar más en las situaciones y experiencias de sentido en las que las imágenes están involucradas más que en ellas mismas y su potencia. Es decir, trato de alejarme un poco de la noción de que las imágenes traen cosas con ellas que tenemos que descifrar o potenciar (que seguramente sí las traen) y más bien enfocarme en trabajar con ellas sin desvincularlas de sus contextos y vínculos, de su red de relaciones.
Un concepto central que surgió en su proyecto es la idea de "intra-acción", acuñada por la física cuántica Karen Barad. A diferencia de la interacción, que considera a los elementos como predefinidos, la intra-acción sugiere que los elementos no tienen una existencia previa al encuentro. El significado se crea en el momento del encuentro. Este enfoque permite que las imágenes de Mariela existan en un estado de constante transformación y cuestionamiento. "Quiero que mis imágenes funcionen como preguntas, que duden, que sean inestables y tambaleen", afirma la artista.
En tu trabajo, hablas del "estatuto de lo no terminado" y de la constante transformación. ¿Cómo integras esta perspectiva en tus exposiciones y obras? ¿Qué desafíos presenta este enfoque tanto para ti como artista como para el público que interactúa con tu trabajo?
No tengo una respuesta definitiva a lo que preguntas, sino aproximaciones, intentos, ensayos, tentativas. Dentro de unos meses mostraremos por primera vez Actos de imagen en una galería llamada Lateral en la Ciudad de México y para este evento nos propusimos pensar cómo podríamos trabajar una exposición entendida como un momento del proceso, una oportunidad de compartir y propiciar el diálogo y no presentarla como el cierre o muestra de conclusiones.
Buscaremos interrumpir la lógica habitual de las exposiciones (por lo menos las de fotografía) en las que lxs visitantes se encuentran con una propuesta terminada, con algo específico que se quiere decir y que se materializa de formas que sea entendible por todxs quienes asisten a la muestra.
No se trata de no saber qué decir o no tener nada que decir sino estar atenta a las relaciones que puedan surgir, habilitar espacio para que surja lo faltante. ¿Puede una exposición convertirse en esa interfaz a la que hago referencia? ¿De qué manera puede ser el medio en el que estos fenómenos de sentido sucedan? Una de las formas que exploro en mi práctica es la duda y la pregunta –el titubeo, lo que tartamudea y habla bajito– a diferencia de la enunciación de una voz fuerte que sabe y determina.
No tengo una respuesta definitiva a lo que preguntas, sino aproximaciones, intentos, ensayos, tentativas. Dentro de unos meses mostraremos por primera vez Actos de imagen en una galería llamada Lateral en la Ciudad de México y para este evento nos propusimos pensar cómo podríamos trabajar una exposición entendida como un momento del proceso, una oportunidad de compartir y propiciar el diálogo y no presentarla como el cierre o muestra de conclusiones.
Buscaremos interrumpir la lógica habitual de las exposiciones (por lo menos las de fotografía) en las que lxs visitantes se encuentran con una propuesta terminada, con algo específico que se quiere decir y que se materializa de formas que sea entendible por todxs quienes asisten a la muestra.
No se trata de no saber qué decir o no tener nada que decir sino estar atenta a las relaciones que puedan surgir, habilitar espacio para que surja lo faltante. ¿Puede una exposición convertirse en esa interfaz a la que hago referencia? ¿De qué manera puede ser el medio en el que estos fenómenos de sentido sucedan? Una de las formas que exploro en mi práctica es la duda y la pregunta –el titubeo, lo que tartamudea y habla bajito– a diferencia de la enunciación de una voz fuerte que sabe y determina.
