Un homenaje hacia lo íntimo y vulnerable


Lourdes Hugo

Entrevista
por Daniela Mancilla - 2023
Inspirada por el frío, por esa pequeña luz que aparece y desaparece entre las bajas temperaturas que cubren los cielos grises de invierno, Lourdes Hugo (33), fotógrafa argentina y diseñadora gráfica, entra en conversación con Letargo Revista para ahondar en aquella musa que hace posible, hasta hoy, su trabajo fotográfico.

Los primeros acercamientos de Lourdes con la fotografía comenzaron desde la mera curiosidad de visualizar aquellos álbumes que tenía su madre en casa. A partir de muy temprana edad, la artista sentía que debía saber todo acerca de los relatos que contenían esos libros repletos de imágenes. “Mis pasatiempos eran organizar las fotos, verlas, preguntar por todas. Iba construyendo toda la historia. Su vida, cómo pasó, qué es lo que pasó este año, etc.”, declara.

Más adelante, Lou toma la decisión de estudiar Diseño Gráfico en la Universidad de Buenos Aires. “Se me abrieron un sinfín de puertas”, recuerda. Fue entonces cuando una amiga la invitó a realizar un taller de fotografía y le facilitaron, por primera vez, 3 cámaras. Una Canon AE-1, luego una Pentax, y finalmente una Nikon F3. Esta última se terminaría convirtiendo en su “bebé” hasta el día de hoy.
En 2017, Lourdes decide migrar hacia Vancouver, Canadá. A partir de ese suceso, la fotógrafa se ha tenido que enfrentar a cambios significativos en su vida. Procesos de adaptación, de cerrar ciclos y abrir nuevos caminos y espacios para su desarrollo creativo.

“Velar”: Un viaje hacia la vulnerabilidad

Sin saber que se terminaría convirtiendo en uno de sus proyectos más importantes, Lou trabaja en lo que sería su primer fotolibro. Una obra que hace cinco años inició como especie de ‘rejunte’, declara la autora.

“Es una transición de todos los ciclos por los cuales he pasado. Habla sobre la intimidad, sobre lo frágil, ese instante que pareciera que todo se va a romper. Es un rejunte de todos aquellos nuevos comienzos”, añade.

Ciclos, frío, transiciones, sentimientos, vulnerabilidad y fragilidad. Son términos que a la autora le hacen sentido al momento de describir aquel proyecto. “Todas esas cosas me interpelan mucho y empiezo a buscar conectores. La naturaleza es un gran conector. El agua me transmite un montón de paz, pero a su vez tiene un montón de estados”.

¿Por qué “velar”?

Por ahora se llama “Velar” porque encontré un punto en común entre todas las fotografías que he reunido con los años: hay muchas capas. Hay muchos momentos donde está nublado, está nevando, está el agua. Hay algo que no se puede ver pero que está pasando. Y es un poco romper con ese velo para dejar ver lo que está.

Entonces, ¿cuál sería el rol de la fotografía en tu vida?

Una compañía. Es un diario, un registro de lo que siento y lo que pasa a mi alrededor. Creo que la fotografía dice cosas que no las puedes explicar en palabras. Eso me pasó mucho y hoy en día me sigue pasando. Encuentro una manera de poder expresar elementos.