“La piel que nos separa”

por Katalina Cortes Olguín - 2022
“La piel que nos separa” es una serie fotográfica, ahora materializado en fotolibro, que comenzó cuando Catalina aún era estudiante de fotografía. En un comienzo se trataba de retratos de madres e hijas desnudas que mostraban su cercanía y complicidad con una mirada fija en la cámara. No obstante, fue mutando en la propia perspectiva de la fotógrafa acerca de esta relación: desde la vereda de ser hija.

“La fotografía como reparadora de ausencias” es el texto que acompaña al relato,  escrito por Carolina Castro, logrando plasmar el concepto detrás del libro en palabras. Partir con esta declaración nos permite ver la obra fotográfica de Catalina Juger como un lugar para escarbar la propia biografía mediante la mirada de otras mujeres.

La fotógrafa logra mostrarnos de una manera honesta este tipo de relación y me hace preguntar ¿Hay una palabra para denominar la mirada de las hijas en la maternidad?  ¿Hay algún concepto para denominar esta especie de “hijandad”? Muchas veces no percibimos la realidad si no es nombrada, pero con este trabajo, la fotógrafa nos pone en la palestra cómo es, cómo se vive y cómo existe.
De esta forma, Catalina Juger se involucra íntimamente en un proyecto en donde se retrata esta relación con mujeres de diferentes edades. Esto no solo se evidencia en el trabajo fotográfico, sino que también es reforzado en el diseño y diagramación del fotolibro. Cada fotografía va acompañada de los nombres de las hijas y de las madres, los cuales, en su mayoría, son distintivos y reconocibles a su generación; lo que, desde la perspectiva de espectadora, parece un lindo detalle sobre el paso del tiempo.

Igualmente, en su portada se ve un pequeño pliegue, que hace referencia a cómo se moldea la piel de la madre al tener a su bebé en brazos. Así, con una serie de 25 fotografías, “La piel que nos separa” es un viaje lleno de detalles significativos que acompaña el camino de las hijas y sus madres, incluyendo el de la autora.

Este fotolibro lleno de emociones hace un corte en el blanco y negro para finalizar en la historia de Catalina con su madre, con fotografías de su propio álbum familiar  llenas de colores y momentos significativos, pero también, de lo cotidiano.