La fotografía en búsqueda


Juliette Papin

Entrevista
por Juana Anuarí - 2022
La inquietud en esta joven fotógrafa franco-chilena también es el reflejo de su maduración artística y las ansias de seguir experimentando en diferentes formatos. Con tan solo 21 años y viviendo la mayor parte de su vida en Chile, la artista habló con Letargo Revista sobre sus inquietudes, posturas y sus últimos años viviendo en Francia, donde se ha podido perfeccionar e ir al encuentro del tiempo como una forma de maduración de las imágenes.

A lo largo de su vida giran elementos variados relacionados a la instantaneidad, el descubrimiento y la soledad. Su primer recuerdo de la fotografía, un encuentro reciente que tuvo con una vieja cámara desechable: “No sabía cuándo se había ocupado. La mandé a revelar y me sorprendí porque las fotos las tomé cuando era chica. Y me acordé que siempre andaba con alguna camarita de esas. Desde ahí fue ese encuentro, y con el tiempo fue cambiando”. 

¿Cuándo ocurrió ese cambio?


“El cambio en mi forma de ver la fotografía fue cuando comencé a sacar muchas más fotos en el contexto del estallido social. Comencé a ir con mi cámara, buscar un relato. Antes era mucho más cotidiano, ahora había una carga mucho más fuerte. Ahí me di cuenta que era a lo que me quería dedicar y estudiar. En ese momento estaba en cuarto medio”. 

En este inicio, Papin reconoce que todavía está en una búsqueda, ya que “me cuesta hablar de mi fotografía, porque siento que todavía va por muchos lados. Si bien tengo pocos trabajos de serie, este tiempo me he centrado mucho en investigar, buscar referencias visuales y conversaciones”.

Es en su trabajo llamado “Pésame”, donde Juliette reconoce los tiempos y los procesos. “Nació como una serie de fotos que tenía que entregar al final de mi curso. Siempre me han interesado temas como la memoria. Junto a esto, mis procesos en la fotografía también maduraron, porque en comparación a lo instantáneo, encuentro mucho más valor al tiempo. Estaba acostumbrada a la rapidez, y mi relato cambió dándome el tiempo de crear algo con calma”.
La serie fotográfica que todavía está en proceso, se pone el desafío del retrato, situación que la fotógrafa reconoció le da mucha ansiedad todavía. Constituido de diferentes historias y documentos de archivo, cartas y textos. Papin afirmó que “al final cada historia puede ser una serie de fotos más grandes. Y también ese fue el desafío. Pero me gustaría seguir desarrollando ese proyecto”.

La materialidad de las cosas

“Nací el 2001, en una era digital donde las fotografías eran de celular, hasta que las empecé a imprimir”. En la actualidad está explorando y formándose de forma autodidacta en lo audiovisual y en la autopublicación.  “Para mí el fotolibro es darle mayor tiempo a la fotografía. Creo que eso es lo que quiero hacer, darme tiempo. Porque en esa costumbre de lo instantáneo, me he dado cuenta que la fotografía madura. Esto lo he visto al revisar mis archivos y encontrarme siempre con nuevos significados”.

Se fue al país de su padre después de terminar la enseñanza media durante el 2020.  Estando dos años allá, estudió fotografía. Sea en Chile o en Francia, Papin estableció que está en la búsqueda de pulir su visión, en una forma también de denunciar las cosas que le dan rabia. “En clases muchas veces nos decían que al sacar fotografías en manifestaciones debía existir un tipo de neutralidad. No me gusta eso, creo que es muy importante que exista un discurso tras la imagen”.