Gran Mar

por Joaquín Rodriguez - 2021
Una pequeña libreta negra que cabe en una mano, o en un bolsillo, con cuidadas terminaciones y un certero troquelado con forma de círculo en el centro, es el soporte elegido por la artista chilena Isabel Fernández para dar forma de libro a este trabajo de imágenes que también formaron parte de una exposición homónima.

Gran Mar es el título de la obra, y el formato es un guiño a tres aspectos fundamentales de este trabajo: el reducido tamaño recuerda a una libreta de viaje, en alusión a los muchos lugares en los que se hicieron las imágenes, a lo largo de 7 años. Además, en él se acomodan perfectamente las fotografías expuestas en película de 4 x 5 pulgadas, como si el libro contuviera piezas únicas copiadas por contacto. El solitario agujero central, por su parte, evoca inmediatamente al estenopo, elemento primordial que transforma el objeto en una cámara obscura, tal como la que dibujó cada una de las imágenes que contiene.

El trabajo tiene su origen en la remembranza. “…yo tenía una edad tan breve aún, que recuerdo el filo de las conchas en mis pies y el agua, el aroma de la sal caliente, nada sabía de Changos ni Chinchorros, ni menos que habitaran mi pulso.” reza parte del texto que cierra el libro. En las fotografías - todas ellas hechas con una cámara estenopeica - se aprecia siempre el horizonte y bajo él la arena fértil de vida y cultura junto al basto océano. La zona costera es el gran motivo de este libro, que destaca la importancia que guarda esta línea amorfa y nebulosa con el ser humano. No por nada, casi la mitad de la vida humana en el planeta se concentra en esta relativamente pequeña porción de tierra, que acompaña la placenta misma de la vida, su origen.
La posición natural de la cámara estenopeica en el suelo, el viñeteo y la nitidez de la película sugieren en las fotografías de Gran Mar el punto de vista atávico de un infante, o el que tendría una especie en sus inicios, quizás, que acaba de salir de su medio, para instalarse en estos parajes remotos a desarrollar una forma de vida, una cultura, pero que poco a poco se ha ido olvidando de su cuna.

Aparece entonces la huella humana, que de conchales  y “quedas” - como se conocen a los refugios hechos por pescadores – pasaron a ser residuos, plásticos y basura que marcan el distanciamiento cultural del ser moderno con la tierra, la pugna pujante entre hombre y naturaleza. La denuncia se hace parte del relato y agrega a este libro otra dimensión que se complementa de manera elegante con el proceso analógico y la sutileza de la imagen.