Diamela Burboa

“El Arte siempre debe ser Contra Hegemónico”

por Juan Alfaro Balcazar - 2020
La búsqueda constante del hogar, un arraigo que se pueda habitar en todos los conceptos y espacios, generando algo que sea provocador de sentido. Es así como Diamela Burboa, nacida y criada en Buin, compartió con Letargo revista la razón de sus procesos llevados a una combinación de fotografía, escritura y trabajo audiovisual, encausando temáticas y miradas críticas hacia el binarismo de género, las estructuras heteronormativas del cuerpo hegemónico y la generación de violencia por aquello que sale de la norma establecida.

¿Cómo fueron los primeros años de Diamela?

“Viví hasta los 5 años en una zona que está a la entrada de Buin, al lado de la línea del tren en una escuela agropecuaria donde mi mamá y mi papá trabajaban como profesores. El patio de mi casa era el mismo patio del colegio, mis amigues eran les hijes de les demás profesores. Cuando chica lo que más me gustaba era dibujar, bailar y armar teleseries, creo que siempre tuve la idea de generar un relato que tuviera un soporte, llevándome esto a las fotos y a lo audiovisual”.

De esta forma las experiencias de su infancia permearon lo que en el trabajo visual enlaza con su tema favorito, el amor. Tomando además lo que puede aprender del otre, puesto que “las cosas que son personales también son colectivas en algún punto”, aseguró. Un camino que le lleva  a encontrarse siempre con la emocionalidad y el estar muy  pendiente de todo lo que se encuentra en su entorno, ya que “de a poco me fui convirtiendo en una especie de aspiradora, absorbiendo imágenes, palabras y a valorar mucho la vida en general, eso es algo que me enseñó el arte”.

En este sentido, una de sus primeras exposiciones fue “El Cuerpo es Todo”, obra que montó en su primer año de universidad como estudiante de diseño, donde utilizó elementos recogidos de la calle para generar un relato sobre los artefactos y a quienes pudieron pertenecer, creando así una relación sobre los límites del cuerpo y cómo comprender que “finalmente es un concepto que contiene elementos que son sensibles, también materiales, pero que no son netamente la carne en sí”.
 El arte visual de Diamela agrega una mirada crítica que establece que “el arte siempre debe ser contra hegemónico, en mi caso uno de los constructos sociales que más me violenta es la imposición del binarismo”, formando un testimonio que refleja el “daño que nos ha hecho el sobrevivir en un sistema que delimita lo que puedes y no puedes hacer, una norma tan bien diseñada que te enseña a repetirla sistemáticamente y además violenta a quienes se niegan a ser parte de ese mismo sistema”.

Dentro de su trabajo con los afectos y el amor concluyó que “en el caso de la sociedad chilena el Estado se desligó de la enseñanza del placer y solo se volvió una campaña antireproductiva, basada en la culpa y dejando de lado la manera en que nos relacionamos entre nosotres”.

Diamela profundiza sobre el placer desde las corporalidades disidentes, algo que le parece importante en el contexto en que vivimos, reflejando los dolores de este tiempo desde un testimonio propio, puesto que “de une misme pueden salir un montón de reflexiones, y si todes hiciéramos eso, también sería más fácil vincularnos y reflexionar acerca de las condiciones en que vivimos”.

Una realidad donde la pandemia de Covid- 19 “nos obliga a estar muy conscientes de lo que está pasando, ya que obviamente el estallido social tuvo un elemento importante, pero la pandemia tiene una dimensión nueva, la de volver a encontrarse con tu espacio más íntimo”.

Actualmente se encuentra trabajando este tema para el Festival Internacional de Fotografía en Valparaíso (FIFV) y en un proceso constante de absorber y nutrirse de su entorno para crear algo que “realmente pueda resultar significativo para otras personas, como una experiencia de transformación”.