El instinto como herramienta fundamental para la creación
por Valentina Peña Zambrano - 2020
La cámara VHS de sus padres que utilizó a los 3 años de edad por curiosidad y la cámara plástico con la que retrataba a sus compañeros de colegio a los 6 años fueron los primeros inicios en la fotografía de Clara Nerone, fotógrafa argentina, que basa su proceso de creación principalmente en la intuición y la inquietud, que luego complementa con la investigación, la escritura y el dibujo, sin tener un límite en su trabajo creativo.
En ese sentido Clara nos contó lo que la impulsa a hacer fotografía “Me impulsa a fotografiar una necesidad. No se cómo explicarlo. Es muy visceral, no lo pienso demasiado y me produce mil cosas. Al principio, es un poco de fascinación, enamoramiento, una pulsión. Parte desde una intuición o reflejo propio. Es una de las tantas formas que encontré de decir y decirme qué siento, qué me importa, qué me interesa. Me ayuda a recordar, a entender procesos y aceptar emociones. Es una forma de conectar conmigo y con otres. (…)”
Así es como ha sido su método de trabajo, convirtiendo el cotidiano en un espacio para exponer diferentes cuestionamientos, haciendo partícipe a los espectadores de esta realidad. Dando cuenta de la existencia de muchos temas por capturar a nuestro alrededor, a través de imágenes literales o representativas, tal como lo indica Clara “es el retrato de un mundo interior, personal, crítico y afectivo”.
Así es como en su obra llamada “Obstrucción” retrata lugares prolijos y fríos que dan una sensación de tranquilidad, a pesar de estar rodeado de concreto:
“Es una confluencia de varias cosas. En principio es un trabajo muy formal que surge después de varias visitas y un ensayo fotográfico en el Museo de Ciencias Naturales. Me parecía tenebrosa la forma de aprender sobre la "naturaleza" y los humanos: capturándolos y encerrándolos. Toda una matriz de pensamiento. Me hacía preguntas en torno al lugar que ocupan las imágenes en los procesos de construcción de conocimiento. Los dioramas donde observar reproducciones de paisajes “naturales” con flora y fauna real embalsamada, me generaban fascinación y rechazo al mismo tiempo. Yo hacía pocos años que vivía en la ciudad, y me deprimí un poco. Soñaba constantemente con espacios de encierro, laberintos. Durante seis meses consulté semanalmente al I Ching y el oráculo me respondió siempre con el mismo hexagrama: 39. El obstáculo. La imagen de la obstrucción.”
De esta forma la ruptura del equilibrio sobrepasa lo físico y material, y se puede homologar a lo interno de cada persona, y es ahí donde se da a entender el poder del arte contemporáneo al retratar emociones sin mostrar aquellas, como símbolo de lo más recóndito de nuestro ser.