Cóndor: El plan secreto de las dictaduras sudamericanas
por Joaquín Rodríguez - 2021
Podría decirse que las dictaduras militares en la segunda mitad del siglo 20 forman parte de la memoria colectiva de los sudamericanos, a pesar de que la última de ellas terminó hace más de 30 años y que varias generaciones no vivieron bajo un gobierno militar. Esto en parte se debe a que las consecuencias de estas dictaduras han modelado nuestra historia contemporánea y en ellas podemos encontrar respuestas a problemáticas que aún aquejan a nuestra cultura. Por otro lado, gran parte de esta historia comenzó a organizarse e hilvanarse como tal en los años posteriores a la llegada de la democracia, a través de informes judiciales, relatos extraoficiales, trabajos periodísticos (uno de los más audaces y crudos y quizás el que más me marcó fue Los Zarpazos del Puma, de la periodista Patricia Verdugo) y documentos que fueron desclasificados o encontrados con el paso de los años. Este último fue el caso del documento hallado junto a muchos otros en una bodega en las afueras de Asunción, Paraguay, que vino a confirmar la existencia de la Operación Cóndor, Plan organizado por el siniestro General Manuel Contreras con el apoyo de la CIA que buscaba alinear los esfuerzos para combatir “elementos subversivos” en países del cono Sur, y que cobró decenas de miles de muertes durante los setentas y ochentas.
Esta historia que para nosotros es tristemente cercana no lo era para el fotógrafo Joao Piña, nacido en Portugal, quien trabajando en su primer libro que documentaba la historia de presos políticos de su país se interesó por la historia de la Operación Cóndor y decidió realizar esta investigación foto documental durante casi 10 años, recorriendo varios países de Sudamérica y entrevistando a víctimas de la represión militar e incluso a victimarios. El resultado es un contundente libro que intercala imágenes de archivo, retratos e imágenes de lugares en donde ocurrieron violentos hechos perpetrados por policías y militares, junto con textos con relatos de los entrevistados.
Esta historia que para nosotros es tristemente cercana no lo era para el fotógrafo Joao Piña, nacido en Portugal, quien trabajando en su primer libro que documentaba la historia de presos políticos de su país se interesó por la historia de la Operación Cóndor y decidió realizar esta investigación foto documental durante casi 10 años, recorriendo varios países de Sudamérica y entrevistando a víctimas de la represión militar e incluso a victimarios. El resultado es un contundente libro que intercala imágenes de archivo, retratos e imágenes de lugares en donde ocurrieron violentos hechos perpetrados por policías y militares, junto con textos con relatos de los entrevistados.
La mayor parte de las imágenes del libro fueron hechas por Joao, utilizando un formato medio en escala de grises de alto contraste que otorga el dramatismo clásico del género documental pero que apoyado en un hermoso trabajo de la composición logra tal vez re significar el sentimiento de soledad presente en los retratados, que se muestran con la dignidad de quien ha logrado una tarea que pareciera imposible, en este caso, darle sentido a la vida y valorarla incluso después de lo que se ha sufrido. En las imágenes la vergüenza solo se asoma detrás de los objetos que cubren la cara de los ex militares siendo juzgados por crímenes de lesa humanidad, muchos años después.
La extensa investigación realizada por Joao Piña logra no solo construir un relato visual crudo ya la vez conmovedor, también forma una especie de enciclopedia histórica que logra por un lado destacar que los procesos históricos no están limitados por fronteras territoriales, sino que son procesos complejos que abarcan ideas y culturas, y por otro lado, de manera esperanzadora, recordarnos el valor de no olvidar. Al final del prólogo, escrito por Jon Lee Anderson se lee “estas imágenes son la victoria final del concepto de memoria histórica, mas es una victoria triste, pues nada puede traer devuelta la vida a los que la perdieron”.
La extensa investigación realizada por Joao Piña logra no solo construir un relato visual crudo ya la vez conmovedor, también forma una especie de enciclopedia histórica que logra por un lado destacar que los procesos históricos no están limitados por fronteras territoriales, sino que son procesos complejos que abarcan ideas y culturas, y por otro lado, de manera esperanzadora, recordarnos el valor de no olvidar. Al final del prólogo, escrito por Jon Lee Anderson se lee “estas imágenes son la victoria final del concepto de memoria histórica, mas es una victoria triste, pues nada puede traer devuelta la vida a los que la perdieron”.